Cándido y los premios Nobel que se perdieron en el Alcázar de Segovia
Si hay algo a lo que estaba acostumbrado el Mesonero Mayor de Castilla era a dar de comer a grandes cantidades de personas. Los comedores repletos de gente del Mesón de Cándido así lo corroboraban. Pero, a partir de los años 50, comenzó a recibir encargos para organizar banquetes mucho más numerosos, tal y como nos cuenta el genial mesonero en sus memorias. Hoy queremos hablaros de uno muy especial que tuvo lugar en un edificio emblemático de la capital segoviana.
Se trataba del II Congreso de Investigaciones Científicas del año 1950. Decenas de sabios, profesores y académicos llegaron a Segovia acompañados de Ibáñez Martín, el ministro de Educación. Tampoco faltaron los premios Nobel; hasta diecisiete se dieron cita en nuestra ciudad para disfrutar de una cena en el Alcázar segoviano servida por Cándido López. Al son de la dulzaina y el tamboril danzaron los asistentes que también fueron obsequiados con unas alforjas castellanas que contenían un jamón, una navaja de Albacete, un jarro de barro, una bota de vino, un pan y un queso. Como aperitivo, degustaron unos buenos embutidos, incluso alguno se animó a bailar la jota mientras lo disfrutaban. Pero lo preocupante llegó cuando entraron en uno de los salones para que les sirvieran el almuerzo. Cuando todos ocuparon sus respectivos lugares, se dieron cuenta de que faltaban tres premios Nobel… ¡No se lo podían creer! Los buscaron por todo el Alcázar y no aparecían. Si les pasaba algo, aquello podía ser un escándalo internacional. Cándido continuó sirviendo el almuerzo para aparentar normalidad y por fin recibió la tranquilizadora noticia. Habían encontrado a los tres premios Nobel desaparecidos en la plaza mayor de Segovia dando buena cuenta de las cosas que en la alforja habían metido ya que ellos pensaban que se trataba de la comida oficial…
Un susto que, felizmente, no tuvo consecuencias y que nos sirve para ampliar el rico anecdotario que nos dejó el gran Cándido, esta vez en el Alcázar en vez de en nuestros centenarios comedores. Esperamos que esta historia os haya gustado y que os animéis a leer nuestro blog, un auténtico arcano de la historia del Mesón de Cándido.