Entre diablillos anda la comanda
El Mesón de Cándido ha sido y es testigo vivo de la historia y avatares de la ciudad de Segovia a través de los tiempos. Últimamente, periódicos y telediarios se hacen eco de la polémica noticia en torno a la colocación de la figura de un diablillo, obra del escultor José Antonio Abella, haciéndose un selfi junto al canal de Segovia en la calle San Juan con la panorámica del acueducto romano de la ciudad a su espalda. ¿Conocéis la leyenda que vincula al diablo con la construcción del emblemático monumento? Para comenzar, el mito narra que el acueducto no fue obra de los romanos, sino del mismísimo diablo. Una segoviana, cansada de subir agua desde el río todos los días, pactó con el demonio un trato por el que le entregaría su alma a cambio de que este construyera el acueducto para transportar agua en un solo día. La fortuna quiso que al amanecer faltase por colocar la última piedra, por lo que la joven conservó su alma y el acueducto quedó casi terminado.
Os invitamos a descubrir esta leyenda legendaria de la ciudad de Segovia disfrutando de las increíbles vistas que se tienen desde las mesas de nuestro restaurante. De este modo, podréis “comprobar” cómo aún se perciben en las piedras del acueducto los agujeros que dejaron, según la leyenda, las garras del demonio. A buen seguro que si el Mesón de Cándido hubiese existido en la época en que el acueducto de Segovia fue realizado, habría sido imposible acometer la obra tan rápido pues los romanos (o diablillos) habrían perdido un tiempo de oro chupándose los dedos con nuestro cochinillo asado al estilo de Cándido.
Segovia siempre sorprende, por eso os animamos a dejaros seducir por esta y otras leyendas de la ciudad (https://bit.ly/2UaPK8J) desde el Mesón de Cándido… ¡Sed bienvenidos!
Fuente foto: La Vanguardia