Las últimas alcaldesas del Mesón de Cándido
Las alcaldesas de Zamarramala son todo un símbolo del Mesón de Cándido. Durante muchos años, no ha habido fiesta ni celebración en la que no fueran invitadas por el Mesonero. Aquí han sido recibidas siempre por todo lo alto y su presencia ha dado un empaque especial a la puesta en escena y al tradicional trinchado del cochinillo. Su imagen, escoltando al Mesonero con el plato en alto antes de partir las piezas de carne, ha dado la vuelta al mundo. También su rica indumentaria tradicional, desde la montera a la toca, las joyas y las cintas como símbolo de autoridad.
Hoy queremos recordar esta importantísima figura de la tradición segoviana, que tantas veces ha visitado nuestra casa. Fue el Mesonero quien empezó a reclamar su presencia cuando recibía a grupos grandes que bajaban del autobús a la misma puerta del Mesón. Por lo general, siempre acudían entre dos y cuatro águedas y su misión consistía en recibir, saludar y acompañar al grupo al interior del Mesón, junto a los dulzaineros. En algunas ocasiones bailaban una jota, pero su presencia festiva alcanzaba el mayor de los protagonismos flanqueando al Mesonero, justo antes de partir el cochinillo.
Esta tradición se ha ido perdiendo en los últimos tiempos, por eso es un lujo recibir en nuestra casa –como sucedió hace unos días, en la comida posterior a la Fiesta de las Águedas de Zamarramala del año 2018- a las últimas alcaldesas del Mesón de Cándido, las hermanas Elena y Esther de Andrés, que nos acompañaron, por última vez, hace casi una década.
