¿Qué te pierdes si no visitas el Mesón de Cándido?
¿Todavía no has visitado el Mesón de Cándido? No pasa nada, ¿qué podrías perderte? Conocer una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad. Disfrutar de la cocina segoviana mientras contemplas un monumento romano de 2000 años de antigüedad. Sentarte en el mismo lugar en el que se sentaron grandes personalidades del mundo de la política, el cine, el deporte o la ciencia. Tan solo te perderías conocer la historia de un mesón que lleva décadas siendo un referente de la gastronomía segoviana.
Todos podemos acudir a Segovia y contemplar su acueducto, pero, si no visitas el Mesón de Cándido, no podrás sentarte tranquilamente frente a una de sus ventanas y disfrutar de una vista única de este monumento, uno de los más impresionantes que los romanos dejaron repartidos por su vasto imperio. No podrás sentarte en la mesa por la que pasaron los hermanos Machado, José Ortega y Gasset, Salvador Dalí, Sofía Loren o Eva Perón, entre muchos otros personajes ilustres del panorama nacional e internacional. Porque cochinillo asado se puede comer en muchos sitios, pero, si no acudes al Mesón de Cándido, no tendrás la oportunidad de hacerlo en plena plaza del Azoguejo, en un edificio incluido en el inventario de monumentos artísticos de la ciudad, ni podrás disfrutar de sus judiones, sus torreznos y su amplia carta de vinos segovianos. Tampoco podrás contemplar cómo la crujiente piel del cochinillo asado y su jugosa carne son trinchadas con el borde un plato, en un gesto que ya ha adquirido fama internacional.
Si no visitas el Mesón de Cándido, lo único que te pierdes es poder disfrutar de uno de los templos de la gastronomía segoviana en uno de los lugares más impresionantes y con más historia de nuestra región. Por todo lo demás, no pasa nada.