Salsa holandesa al estilo Cándido
Hoy os traemos una receta de una salsa clásica que se utiliza en todo tipo de platos. Desde carnes a pescados pasando por multitud de glaseados. La salsa holandesa es propia de la cocina francesa. Sabrosa, delicada y suculenta. Similar a la mahonesa, pero con mantequilla en vez de aceite. Es aconsejable prepararla al baño maría para que no pierda temperatura mientras la elaboramos, ya que se solidificaría y perdería su finura.
Para preparar nuestra salsa holandesa vamos a necesitar: 500 gramos de mantequilla, seis yemas de huevo, dos decilitros de vino blanco (opcional), zumo de limón, sal fina y pimienta blanca molida. En primer lugar, lo que vamos a hacer es poner la mantequilla en un cazo para que se vaya fundiendo. Calentamos un recipiente con agua y colocamos las yemas de huevo al agua maría. Comenzamos a montarlas y, posteriormente, agregamos la mantequilla fundida poco a poco. Es importante que las yemas se vayan esponjando y perdiendo color. Si quieres usar vino blanco, bátelo junto a las yemas de huevo antes de empezar a añadir la mantequilla. En el caso de que la salsa brille mucho, debemos añadir agua, ya que significa que hay un exceso de grasa. Hay que tener cuidado para que no se nos cuaje el huevo. Si vemos que esto pasa, debemos retirarlo del calor. Conservamos la salsa a unos cincuenta grados para que no se nos corte. Cuando tengamos la textura perfecta, ya está lista nuestra holandesa.
Ya solo nos queda añadirla a cualquiera de nuestras recetas para que aporte un sabor espectacular al plato. Es una salsa con alto contenido en grasas, así que debe consumirse con moderación. Una receta que debemos a los franceses y que podéis seguir, paso a paso, en nuestro Canal Cándido TV. Os dejamos el enlace a continuación. Ponedle sabor a la vida.