Sofía Loren, el Cid Campeador y Cándido López
Sobre la figura del Cid Campeador se han escrito ríos de tinta. ¿Fue un personaje histórico o solamente literario? ¿Por qué algunos historiadores elogian su figura y otros se dedican a hacer todo lo contrario? El caso es que el Cid Campeador es un personaje que nos fascina, pero mucho más el Poema que lleva su nombre, una de las joyas de la épica europea y obra cumbre de la literatura castellana. Este año 2017 se vendría a celebrar el 810 aniversario de su redacción, por parte del clérigo Per Abbat, aunque el manuscrito original fue anterior y su verdadero autor, un misterio todavía no resuelto.
El Mesón de Cándido es cidiano hasta la médula. Todo en él nos fascina: su familia, los enfrentamientos con el rey, las historias de lealtades y deslealtades que rodean su figura, las batallas que ganó –incluso después de muerto-, y todos los detalles que han conseguido engrandecer su mítica figura. Su espada Tizona, su caballo Babieca, su esposa Jimena, y todos los territorios y culturas que recorrió, conoció y unió, en lo que hoy conocemos como Península Ibérica.
En el Mesón de Cándido no conservamos documento alguno sobre Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Ni tan siquiera sobre el célebre Poema que cantó sus gestas. Pero sí conservamos un extraordinario recuerdo que tiene mucho que ver con “el que en buena hora nació”. El caso es que el director de cine Anthony Mann llevó a la gran pantalla a este personaje legendario en el año 1961, rodando buena parte de las secuencias de El Cid (así se llama esta mítica película) en territorio segoviano. Lo mejor de aquella superproducción fueron sus protagonistas, Charlton Heston y Sofía Loren, que tuvieron a bien visitar nuestra casa durante el rodaje, para regocijo del Mesonero… y de la cámara fotográfica que captó el instante.