¿Sabes cuál era el rincón preferido de Cándido?

CANDIDO LOPEZ MESON DE CANDIDO

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El Mesón de Cándido no es solo una casa de comidas, sino una experiencia vital. Así lo aseguran algunos comensales que hemos tenido la fortuna de recibir a lo largo de nuestra dilatada historia. Quienes no se conformen con una visita fugaz, tienen la oportunidad de conocer el interior de los diez comedores que conforman el edificio del Mesón de Cándido. Todos tienen su nombre: el Salón Teodosio el Grande, El Torreón, el Salón Carlos V, el Salón Enrique IV, el Salón Álvaro de Luna, el Salón de los Hombres Ilustres, el Salón Embajadores, el Portalón, La Fundación y el conocido como Bar Viejo o Zaguán.

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Nos detenemos en esta ocasión en el Zaguán, cobijado en la planta baja del Mesón, a la derecha de la entrada principal. Es difícil saber qué es lo que más sorprende de este lugar, si su abigarrada decoración, el empedrado del suelo o la luz tenue que apenas se filtra a través de las ventanas acristaladas. Es el salón más antiguo del Mesón y Cándido López siempre quiso conservarlo como lo conoció, con las vigas de madera y los suelos originales. Este lugar le recordaba sus humildes comienzos, por eso siempre se ha conservado intacto.

El Zaguán era su lugar preferido y a él se retiraba buscando un momento de descanso, lejos del trabajo diario. Aquí se sentaba, encendía su pipa y disfrutaba de sus recuerdos. También de los premios, distinciones y títulos atesorados a lo largo de toda su vida. Muchos de ellos permanecen colgados en el interior de las vitrinas de sus paredes. Este coqueto salón guarda muchas historias en su memoria. Pero lo más importante es que sigue conservando la huella de su creador, para disfrute de los comensales del siglo XXI.

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