Hoy, 3 de diciembre, celebramos un día especial para todos los que formamos parte de El Mesón de Cándido y para quienes valoran la rica tradición gastronómica de Castilla. Se cumplen 121 años del nacimiento de Cándido López Sanz, el mesonero de Segovia, una figura irrepetible que dejó una huella imborrable no solo en nuestra casa, sino también en la historia de la cocina castellana.
Hablar de Cándido es hablar de un hombre visionario, apasionado y profundamente entregado a su oficio. Desde que asumió la dirección de este emblemático mesón, convirtió cada rincón en un espacio de encuentro, tradición y excelencia culinaria. Cándido no solo fue el máximo exponente del arte del asado en horno de leña, sino también un auténtico embajador de la hospitalidad y las costumbres de nuestra tierra.
En cada cochinillo que sale de nuestros hornos, en cada sonrisa con la que recibimos a nuestros comensales y en cada esfuerzo por mantener viva la esencia de lo auténtico, está presente la figura de Cándido. Es imposible recorrer los pasillos del mesón o sentir el aroma del asado sin recordar sus enseñanzas y su espíritu. Cándido es nuestra inspiración diaria, nuestra luz, nuestra guía.
El legado que nos dejó va más allá de recetas y tradiciones: nos enseñó el valor del esfuerzo, la importancia de la excelencia y el orgullo de compartir con el mundo lo mejor de Segovia. Su dedicación y amor por su oficio le valieron el reconocimiento internacional, pero sobre todo, el cariño de generaciones de clientes que encontraron en él un anfitrión cercano y genuino.
En este 121 aniversario, queremos rendir homenaje a su memoria reafirmando nuestro compromiso con su visión y valores. Cada día, al abrir nuestras puertas, recordamos que seguimos los pasos de un gigante de la gastronomía y de un hombre que dedicó su vida a hacer feliz a los demás a través de su arte.
Gracias, Cándido, por mostrarnos el camino. Hoy, como siempre, trabajamos para que el Mesón siga siendo ese lugar único en el que se respira tradición, historia y pasión. ¡Feliz aniversario, Maestro!
Que este día sirva como recordatorio para todos los que amamos la buena mesa: la cocina, como Cándido nos enseñó, es mucho más que un oficio, es un acto de amor.
Cándido realizando su famosa ceremonia de partir el cochinillo con el plato
