Hoy ha sido un día muy especial en el Mesón de Cándido, pues hemos tenido el honor de recibir a David Bisbal y a su esposa Rosanna Zanetti, quienes nos han visitado junto a su familia para disfrutar de una comida inolvidable en el corazón de Segovia, junto al majestuoso Acueducto.
Desde el momento en que llegaron, David y su familia se mostraron entusiasmados con la ciudad y su impresionante patrimonio. En particular, el cantante quedó fascinado por la arquitectura romana y la imponente presencia del Acueducto de Segovia, una obra maestra de más de 2.000 años de historia que sigue siendo un símbolo vivo de la grandeza del pasado. Admirado por la perfección de su construcción, compartió su asombro con todos nosotros, reconociendo la importancia de este legado que ha perdurado durante siglos. También aprovechó la ocasión para conocer más sobre la historia de Segovia y el valor que el Acueducto ha tenido para la ciudad a lo largo de los años.
La visita no solo fue un recorrido por la historia, sino también una experiencia gastronómica que tenía muchas ganas de vivir. David y su familia venían con la ilusión de probar el auténtico cochinillo asado de Segovia, y qué mejor lugar que el Mesón de Cándido, donde llevamos más de un siglo elaborándolo con la misma receta tradicional.
Desde hace generaciones, en nuestra casa seguimos la misma técnica: el cochinillo se asa en horno de leña, con el punto perfecto de crujiente en la piel y una carne tan tierna que prácticamente se deshace al tocarla. Este es un arte que hemos perfeccionado con el tiempo y que ha convertido al Mesón de Cándido en un referente gastronómico en España y en el mundo.
Uno de los momentos más especiales de la comida llegó cuando David participó en la ceremonia de partir el cochinillo con el plato, un ritual que nació en esta casa hace más de 100 años y que simboliza la ternura y la perfección del asado. Acompañado por Don Alberto Cándido, David tomó el plato con entusiasmo y llevó a cabo este gesto que forma parte de nuestra historia. Con una gran sonrisa, rompió el cochinillo sin esfuerzo, como manda la tradición, y se mostró encantado con la experiencia. Su familia, testigo de este momento único, no dejó de mostrar su asombro y curiosidad por el origen de esta costumbre tan emblemática.
La emoción se podía ver en su rostro mientras vivía este instante con nosotros. Su cercanía y su simpatía hicieron que todo el equipo del Mesón de Cándido se sintiera partícipe de un momento inolvidable. Después de la ceremonia, disfrutaron del cochinillo asado junto a otros platos tradicionales de nuestra cocina, conversando y compartiendo anécdotas en un ambiente distendido y familiar.
Más allá de la tradición y la gastronomía, lo que realmente hizo única esta visita fue la calidez y el cariño que transmitieron David, Rosanna y toda su familia. Desde el primer momento, compartieron su alegría con nosotros, creando un ambiente cálido y familiar que nos hizo sentir que los conocíamos de toda la vida. Durante la comida hubo risas, conversaciones y muchos momentos entrañables que quedarán en nuestra memoria. Su simpatía y naturalidad hicieron que todos disfrutáramos de la jornada, convirtiéndola en una experiencia inolvidable.
Desde el Mesón de Cándido, queremos agradecer de corazón a David Bisbal, Rosanna Zanetti y a toda su familia por su visita. Ha sido un auténtico placer recibirlos, compartir con ellos nuestra tradición y hacerles sentir como en casa.
Esperamos que hayan disfrutado tanto como nosotros y que se lleven con ellos un bonito recuerdo de Segovia y de nuestra casa. Aquí siempre tendrán las puertas abiertas. ¡Muchas gracias y hasta pronto!
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