De todos los productos del cerdo, el torrezno es uno de los bocados más sabrosos. Se obtiene a partir de la panceta adobada que, a su vez, está compuesta por la piel y el tocino entreverado de carne. El un producto muy típico de la zona centro peninsular y muy abundante en el medio rural en la época de la matanza tradicional del cerdo. ¿Quién no recuerda a su abuela haciendo un torrezno, lentamente, al calor de la lumbre? Si os atrevéis a cocinar esta receta, pedid a vuestro carnicero de confianza una buena materia prima, pues solo así obtendréis un resultado espectacular.
La receta es muy sencilla: solo es necesario un trozo de panceta y un recipiente con aceite sobre el fuego. Con la panceta sobre la mesa, hay que cortarla en tiras y estas, a su vez, en pequeños trozos cuadrados. Una vez troceada la pieza, se incorpora al aceite, que se habrá calentado a fuego medio. Con esta temperatura suave, la panceta se confitará por espacio de veinte minutos. Transcurrido este tiempo, observaremos cómo los torreznillos han perdido bastante volumen por efecto del calor. Basta entonces con subir la temperatura del fuego para que la corteza quede crujiente. Apagaremos el fuego y retiraremos los torreznillos con mucho cuidado. Podemos colocarlos sobre una servilleta para que se absorba el aceite sobrante y, después, emplatar.
Los torreznillos son muy típicos en la gastronomía segoviana. Es habitual servirlos como aperitivo, acompañados de un buen vino, aunque lo más importante es que estén recién hechos. Solo de esta manera se puede apreciar la textura crujiente de su corteza, y la terneza del tocino y el magro del interior. El sabor y el aroma de un torreznillo recién hecho es algo difícil de olvidar. Si esta receta no te sale en casa, siempre puedes probarlos en el Mesón de Cándido. ¡Es una de nuestras especialidades!
Podéis ver la video/receta en Canal Cándido TV en: Receta Torreznillos de Cándido