¡Buenas a todos! En el día de hoy os taremos una nueva receta desde los fogones del Mesón de Cándido. Os vamos a enseñar a hacer una pasta fresca con sémola. Hay varias maneras de hacerla: con huevo o sin huevo y con harina floja o con sémola de trigo. En este caso la vamos a hacer sin huevo y con sémola de trigo. También precisaréis de aceite de oliva virgen, agua, vino blanco, azafrán, harina y sal.
Tenéis que coger dos cazuelas. En una de ellas añadís vino blanco, azafrán y sal y lo ponéis a calentar a fuego medio. Cuando empiece a hervir bajáis el fuego y dejáis que reduzca hasta que quede prácticamente seco, solo nos interesa que quede el regusto de los ingredientes en el fondo y un poco de caldo. En la otra cazuela echáis sémola de trigo, agua, un chorrito de aceite de oliva virgen y lo mezcláis con la mano poco a poco. Cuando lo tengáis echáis el sobrante de la reducción junto a la sémola y seguís mezclando.
De vez en cuando tenéis que echar un poco de harina y un chorrito de aceite de oliva para trabajar la masa cuando se vaya quedando un poco seca. Todo con el fin de quede homogénea y bien elaborada. En el momento que veáis que está en su punto la dejáis hecha una bolita, la echáis un poco de aceite de oliva alrededor y la envolvéis en papel film.
La dejáis reposar una noche en la nevera y al día siguiente ya podéis pasarla por la máquina de hacer pasta. Importante: sacadla un par de horas antes para que coja un poco de temperatura, eso hará que no sea tan costosa su elaboración. Muchas más recetas en los siguientes post, ¡Os esperamos!