Luka Modrić, uno de los mejores mediocampistas de la historia del fútbol, visitó el Mesón de Cándido junto a su familia durante su etapa en el Real Madrid. Aunque ya era una estrella reconocida a nivel mundial tras su traspaso del Tottenham Hotspur al Madrid, su visita no estuvo marcada por el glamour ni el lujo, sino por una increíble sencillez que tocó a todos los que estuvieron presentes ese día.
Modrić, en lugar de optar por un salón privado, decidió comer junto al resto del público, lo que mostró una gran humildad y cercanía con sus fans. Esto es algo poco común en una estrella de su calibre, lo que hizo que su visita fuera aún más especial. Durante la comida, Luka partió el famoso cochinillo con su hijo, y también estuvo acompañado por Alberto Cándido, hijo de Cándido. Este gesto sencillo, compartiendo un plato con su familia y con nosotros, refleja mucho de la personalidad de Modrić: un hombre que, a pesar de sus logros y el reconocimiento mundial, sigue siendo accesible y genuino.
La elección de comer de forma tan normal, rodeado de comensales que no eran más que admiradores, es una de las anécdotas que quedará en la memoria de todos en el Mesón de Cándido. Modrić nos demostró que, a pesar de ser una estrella internacional y de ganar premios como el Balón de Oro, su humildad sigue intacta. La visita de Luka Modrić, además de un honor, fue un momento de conexión verdadera entre un ídolo y los que lo admiran.
A. Cándido y su hijo Cándido partiendo el cochinillo junto a Luka Modrić
