Los buñuelos, en sus diferentes formas y nombres, son un postre muy popular debido a su dulzura y especial textura, además de poder combinarse con multitud de alimentos y prepara recetas con diferentes acompañamientos. Por aquí os dejamos los ingredientes:
Ingredientes: harina normal tamizada, huevos, cerveza (o agua con gas), sal. Añadiremos levadura en el caso de que no utilicemos cerveza.
Primero, añadimos la harina, justo después los huevos y comenzamos a mezclar poco a poco. Añadimos un chorro de cerveza y seguimos mezclando. Hay que tener cuidado con que la masa no quede muy ligera, ya que nos interesa que tenga una consistencia más espesa. Esto se debe a que, al fermentar, gracias a la levadura, las masas se aligeran mucho de por sí.
Seguimos incorporando la cerveza poco a poco mientras seguimos mezclado con una varilla, dos tendedores o, incluso, a mano. Así, la mezcla quedará homogénea y si hay algún grumo se deshará. Si hay mucho líquido, es muy fácil que queden grumos y sea muy difícil quitarlos.
Esta es la manera manual y clásica, aunque también se puede hacer con una batidora o en una Thermomix.
Mezclamos, ya algo más rápido, y vamos añadiendo cerveza hasta que la masa quede con aspecto de goma. Una masa elástica que debe ser espesa, pero no demasiado. Si nos pasamos de espesor, no habría ningún problema ya que podemos aligerarla añadiendo más líquido.
Según tus gustos, en lugar de cerveza, se puede utilizar mitad agua y mitad cerveza. Es igual de buena, pero nosotros os enseñamos una masa que no falla.
Si la queremos más o menos espesa, lo que conseguiremos es que a la hora de hacer unos buñuelos de, por ejemplo, manzana o calabacín, el rebozado quede más gordo o fino en función de la espesura de la masa.
La dejamos reposar y… ¡Ya estaría! Una masa que nos servirá para elaborar buñuelos, con la consistencia que nosotros queramos y hayamos hecho en la preparación, que podemos mezclar con alimentos dulces u otros más salados.
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