Fiestas gastronómicas que no te puedes perder en Segovia
No están todas las que son ni son todas las que están, pues la intención de este breve apunte es recordar la importancia de las fiestas gastronómicas de nuestra región y, en especial, de Segovia. ¿Por qué? Muy sencillo. En primer lugar, porque se acerca el verano, época de mayor concentración de este tipo de eventos, muchos de ellos vinculados al medio rural. En segundo lugar, porque este calendario festivo –cada día más completo, afortunadamente- se encarga de colocar en su sitio muchas cosas a la vez: pone en valor un producto, reúne a miles de personas en una misma jornada y contribuye a dar a conocer a las personas que lo han recuperado, desde cultivadores, envasadores, productores, agricultores y ganaderos. Mención aparte se merecen las figuras de calidad (Denominaciones de Origen (DO); Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP); Marcas de Garantía (MG)…), pues muchos de estos productos lucen con orgullo su correspondiente marchamo de calidad.
Foto Acueducto2
En Segovia hay ejemplos abundantes, con feria, fiesta, degustación y promoción incluida. En abril, Cantimpalos rinde homenaje a su chorizo; La Granja sigue fiel a su judiada en verano; Segovia capital hace lo propio en torno al cochinillo durante varias ocasiones al año, sin olvidar los esfuerzos de la comarca de Valtiendas, que es la histórica zona de producción de vinos y la más genuina de la provincia. Capítulo aparte merece la pena recordar ese –casi- bucólico apunte espinariego, el de la Fiesta de los Gabarreros, donde la memoria de un pueblo entero resucita oficios, tradiciones y gastronomía propia. Suele hacerlo entre los meses de febrero y marzo. Es importante que ningún producto se quede sin fiesta, incluso los menos conocidos de la provincia, aunque destaquemos aquí, fundamentalmente, a aquellos distinguidos con figuras de calidad o los que estén próximos a conseguirla.
Foto Revcyl
El turismo y la gastronomía han dejado de postularse como motores económicos de nuestra tierra: son una realidad de gran importancia para muchos habitantes del medio rural. Cándido, el Mesonero, entendía muy bien la fuerza de estos sectores para su Mesón y cómo el primero de ellos –el turismo- era crucial para sentar las bases del futuro de la España moderna. Y acertó. Baste esta reflexión de uno de los pioneros del turismo español, Cándido López, para reconocer la labor de tantas personas que hoy contribuyen a dar visibilidad a nuestra despensa agroalimentaria, tan rica en matices como versátil sobre los fogones.