Cómo hacer un huevo frito perfecto

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Freír un huevo frito en una sartén es una de las recetas más sencillas que se conocen. Basta colocarse un delantal para evitar las salpicaduras y elegir un huevo de gallina de gran calidad, pues notaremos la diferencia en el sabor y el color. Los amantes de los desayunos contundentes saben apreciar la calidad de un huevo frito: la clara queda cuajada y el interior de la yema, líquida. Hoy os enseñamos a elaborar esta sencilla receta, empezando por la sartén, que colocaremos sobre el fuego (o la vitrocerámica) con un dedo de aceite de oliva. Es importante esperar hasta que se caliente el aceite, pero no demasiado, pues podríamos quemarnos al echar el huevo (la clara contiene agua y nos salpicaría al reaccionar con el aceite). A continuación, incorporamos el huevo. Podemos  hacerlo de uno en uno, llevándolo a la sartén desde un bol, ¡y sin la cáscara, por supuesto! Enseguida se empezará a freír. No hay prisa. El crepitar nos avisará de que el aceite está haciendo su trabajo. Lo dejaremos freír hasta el punto que más nos guste, más o menos hecho. Con la ayuda de una espumadera podemos bañarlo en aceite caliente para que cuaje mejor.

 

Los más puristas aseguran que un huevo está bien frito cuando los bordes están ligeramente dorados y crujientes (soletilla). Si el resultado de nuestro huevo frito no muestra este aspecto, ya sabemos qué hay que hacer la próxima vez: dar más fuerza al fuego, pero sin pasarnos, porque como se tueste demasiado… Para rematar esta receta basta servirla y colocarla sobre la mesa. Un par de huevos fritos bien calientes, con ensaladas, embutidos o cualquier otro acompañamiento es un bocado irresistible casi a cualquier hora del día. Repasad cuantas veces necesitéis el vídeo que hemos colgado en el Canal Cándido TV y manos a la obra. Es casi imposible que no triunféis en el intento. ¡Buen provecho!

Receta del huevo frito en Canal Cándido TV

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