La ‘Ruta del Asado’ de Cándido
Si bien Cándido López fue un extraordinario promotor de la cocina segoviana, no menos importante fue su labor difusora de ciertas toponimias a la hora de destacar la proveniencia de los mejores cochinillos. Aunque a lo largo de su vida fue capaz de teorizar sobre numerosas cuestiones relativas a la comida, en materia de cochinillos era un auténtico experto. Cándido reconocía que, en muchas regiones, se podía comer un buen cordero asado aunque, solo en la Meseta Castellana, destacaban los asados en las provincias de Burgos y Segovia. La particular ‘Ruta del Asado de Cándido’ empezaba en la localidad segoviana de Sepúlveda, por la ribera derecha del río Duratón. “Buenos corderos también se crían en Villar de Sobrepeña, Castrillo, Hinojosa del Cerro, Villaseca, Aldehuela, Hurueñas y Castroserracín, en el entorno de Sepúlveda”, solía decir el Mesonero.
Sigue ‘la Ruta del Asado’, pero ahora, en el entorno de Aranda de Duero, con Roa como cabecera de esta zona de gran prestigio y otros pueblos que la acompañan: Mambrilla de Castrejón, Valcabado y Villaescusa de Roa, Pedrosa, Boada de Roa, Anguix, Olmedillo y Torresandino. El entorno de Cuéllar es otro de los grandes epicentros de su producción pues, según Cándido, el Mesonero, “los corderos churros que se crían en esta comarca están en los pueblos de Hontalbilla, Olombrada y Fuentepiñel (…) y así arribamos a la comarca de El Carracillo, similar a la anterior, con los pueblos de Samboal, Gomezserracín, Martín y Mudrián, Chañe, Chatún y Pinarejos”. Bien claras quedan las cosas, por lo tanto… y las preferencias del Mesonero. Pero ¡ojo!, porque a la hora de sentarse a la mesa, mejor que sea el Mesón del Azoguejo el que sacie el apetito con un buen tostón, maravilla de nuestra cocina y bocado delicioso donde los haya.