Cuatro años sin Mingote, pero su huella permanece en Cándido

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Humorista, dibujante, figurinista y académico de la Lengua. Trazar un perfil de Antonio Mingote no es tarea sencilla, pero con solo recordar su nombre, las páginas de la historia del Mesón de Cándido se abren de par en par. Se abren con una sonrisa, pues no fueron pocas las ocasiones que visitó nuestra casa. En el Mesón del Azoguejo recordamos con especial cariño la visita que realizó hace casi medio siglo, realizando un extraordinario dibujo en el Libro de Oro de nuestra casa. En él, dos romanos charlan bajo el Acueducto segoviano: “Pues aquí estoy, esperando que inauguren Casa Cándido”, le dice uno a otro. “Si los romanos hubieran conocido Casa Cándido, no hubiera habido manera de echarles de España”. Esta última cita la firma Rafael Azcona, guionista, escritor, gran amigo de Mingote y creador de ‘El repelente niño Vicente’, otro personaje inmortal de la historia del humor gráfico. Ambos, Mingote y Azcona, viajaron juntos aquel día al Mesón de Cándido y, al alimón, dejaron constancia de su presencia con sendos dibujos, firmas y citas un 12 de mayo de 1959.

 

Antonio Mingote falleció en el año 2012 a los 93 años de edad. Fue un maestro del humor, pero también un gran intelectual de nuestro tiempo. Un grande de su género que supo retratar como pocos a la sociedad española de las últimas décadas. Aunque él ya no está, su obra permanece, por eso sus viñetas y dibujos consiguen hacernos reflexionar sobre la naturaleza humana, siempre esbozando una sonrisa. El dibujo que nos dedicó en 1959 quizá no esté entre los mejores de su prolífica trayectoria profesional, pero sí entre los preferidos por los segovianos y por el Mesón de Cándido. El recuerdo al maestro Mingote siempre permanecerá en ‘Casa Cándido’… como él solía decir.

 

 

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