El postre de los ‘dos rombos’
En alguna ocasión nos hemos referido a esta especialidad de la repostería segoviana: el ponche segoviano. Que nadie se lleve las manos a la cabeza si ha leído el título de este ‘post’: no tenemos intención de establecer regulación alguna que limite el bocado ni la contemplación (a buen seguro con mirada golosa). El ponche segoviano tiene dos, tres… ¡y hasta una docena de rombos! Todo depende del tamaño. Este postre se ha transmitido de generación en generación, y su tradición es muy arraigada en la ciudad de Segovia, aunque también se puede encontrar en algunos obradores de la provincia. Su textura es suave, destaca por su dulzor y un agradable aroma a canela. De forma general se toma como postre, junto con el café. En su conjunto, el formato es rectangular y suele elaborarse en varios formatos, de 500 gramos a dos kilos. El secreto de su receta no es ningún misterio, aunque suele sufrir ligeras variaciones dependiendo del origen de la misma. El bizcocho y el relleno se elaboran por separado aunque, por último, se ensamblan ambas partes.
¿Qué pasa con la historia de los ‘dos rombos’?, se preguntarán algunos. Aquí está la explicación: basta observar la parte superior de la pieza y fijarnos en su decoración exterior. Este postre está recubierto de azúcar glass y pequeños rombos de color tostado que se marcan en él tras colocar una pieza de hierro al rojo vivo. Su bocado es apto para todos los públicos.
Podéis ver la video/receta en Canal Cándido TV en: http://canalcandido.tv/receta/ponche-segoviano-138-129