Los Encierros de Cuéllar
Antiguamente, a finales de agosto en el Mesón de Cándido no se hablaba de otra cosa. Los Encierros de Cuéllar (Segovia), que se han celebrado siempre en el marco de las fiestas patronales en honor a la Virgen del Rosario, acaparaban la atención de los comensales y los comentarios de las sobremesas. Hoy sigue sucediendo pero, en otras épocas, con mucha más intensidad. Los Encierros de Cuéllar hoy llaman la atención porque se trata de un acontecimiento muy comentado en los medios de comunicación, pero es que, además, entra en juego el público, en general, pero también el aficionado a los toros. Pero hubo un tiempo en el que los toros, los toreros y los encierros estaban tan implantados en el Mesón, que cualquier mozo conocía de memoria el nombre de los toreros, las plazas, el resultado de las corridas y hasta la vida privada de las figuras más importantes. Cándido, el Mesonero, contaba todas estas cosas con mucha gracia, poniendo el ejemplo del fútbol en los jóvenes de hoy, que conocen la vida y arte de los futbolistas y sus equipos con todo lujo de detalles.
La fiesta de los toros y las figuras del momento también irrumpieron en el Mesón. Se celebraba con expectación la llegada de un torero famoso que pronto firmaría en el Libro de Oro y una fotografía recogería ese momento. Gracias a estas, y muchas otras oportunidades, el genial Cándido contaba su particular anecdotario taurino. La primera corrida de toros que vio en su vida fue en la Plaza de Toros de Segovia, con una entrada que se encontró su hermano Telesforo tirada en la calle, y un cartel que nunca olvidaría: el vallisoletano Pacomio Peribáñez y Rodolfo Gaona. Pero la anécdota que más ha sorprendido siempre a los comensales tiene que ver con su propio currículum de torero, pues entre las muchas becerradas en las que participó, recordaba con cierto orgullo aquella vez del año 1923, cuando salió de segundo espada en una becerrada de camareros, en la Plaza de Toros segoviana, en una corrida organizada por los camareros de Segovia. La prensa local recogía este hecho valorando su faena de muleta de Cándido López, apodado ‘Candiles’: “Muestra ser un buen aficionado y saber lo que se trae entre manos, después de brindar a la Presidencia, hace una lucida faena de muleta, tras la cual entra por derecho y agarra una estocada hasta el puño que hace doblar al toro”. Por todo esto, cada año, a finales del mes de agosto, cuando llegan los Encierros de Cuéllar, los recuerdos taurinos afloran en el Mesón.