Nieva sobre la cuba, el cerdo y el mantel
Esculpido en piedra, el lenguaje historiado de los capiteles sigue teniendo el mismo poder de comunicación que cuando fueron concebidos. En Segovia se conserva uno de los conjuntos histórico-artísticos más sobresalientes en esta materia, condensada en una secuencia narrativa que alcanza los 85 capiteles y más de 300 representaciones en piedra. Nos referimos al claustro de Santa María la Real de Nieva, situado en la localidad que le da nombre (Nieva), a apenas media hora en coche desde la capital del Acueducto. Cuentan que fue la reina Catalina de Lancaster quien dio origen a la villa, levantando aquí un santuario dedicado a Santa María. Otro personaje ilustre se cuela en este monasterio: doña Blanca de Navarra, cuyos restos descansan en este lugar. Polémicas aparte, lo que no admite discusión es la calidad, belleza y excelente estado de conservación de los capiteles de este monasterio. Cada uno de ellos habla al visitante: vida cotidiana, tareas domésticas, calendario agrícola, ocio de la nobleza, oficios, vida monástica… Se podría asegurar que todas las escenas recrean la vida de la hoy denominada Campiña Segoviana, pero en el siglo XV.
Los capiteles historiados fueron conc
ebidos para explicar al pueblo no que no podía comprender de otro modo. Con todo lujo de detalles, se representa el calzado, la indumentaria, las comidas, los árboles e incluso los instrumentos musicales. De entre todos ellos, hay un capitel que nos llama poderosamente la atención, y es el que se refiere al invierno, en concreto, a los meses de noviembre y diciembre. Aunque algo deteriorado, el capitel lleva en su canto una barrica, donde un hombre introduce el vino nuevo tras terminar la vendimia. Junto a ella, se describe la matanza del cerdo (figura que sí se conserva), precisamente cuando el animal está a punto de ser sacrificado. Junto a él, la mesa, provista de víveres, nos recuerda las comidas copiosas de la Navidad. La localidad segoviana de Nieva bien merece una visita. Los siglos pasarán, pero no las costumbres que conectan con la esencia del ser humano. Lo dicho: todo está escrito en piedra. También en la de los capiteles.