Crujiente de jamón con el Mesón de Cándido
En la receta de hoy lo que haremos será explicar el modo de preparación de uno de los ingredientes que más fuerte han pegado en la cocina de vanguardia en los últimos años. Un alimento que en España es de los más importantes y que encandila a cualquier visitante que lo prueba por primera vez, no es otro que el jamón, ya sea serrano o ibérico. Pero en este caso lo que vamos a desarrollar es el proceso para obtener crujiente de jamón.
Aunque también podríamos hacerlo con cecina, para este crujiente de jamón solo vamos a necesitar este ingrediente. En primer lugar, cubrimos una bandeja de horno con papel vegetal, sobre este añadimos tantas lonchas de jamón como número de crujientes queremos elaborar. Para que todo el proceso tarde lo mismo tendremos que procurar que el grosor del jamón sea igual en todas las lonchas que hayamos añadido sobre nuestra bandeja. Sobre las lonchas debemos poner otra loncha de papel parafinado o vegetal para evitar que se pegue el jamón cuando vayamos a meterlo al horno. Encima de esta capa de papel también pondremos una bandeja del mismo tamaño que la que ya hemos utilizado con el fin de que al hornear el jamón no se nos combe y quede perfectamente recto.
Ahora queda lo más importante, introducirlo en el horno por espacio de veinte minutos a 180 grados de temperatura. Transcurridos los veinte minutos retiramos tanto la bandeja como la capa de papel de horno superiores y cada uno de los crujientes de jamón que hemos metido en el horno. Aunque al manipularlos pueda parecer que están tiernos y maleables, cuando lo expongamos al frío irán obteniendo la textura que queremos y que lo convertirán en crujientes de jamón.
Aunque hay muchas maneras de convertir el jamón en crujiente esta es la mejor, o al menos la más sana, ya que si lo hiciésemos en sartén se salaría muchísimo.
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