Los versificadores de Cándido
La palabra es digna del mejor trabalenguas: el versificador. Es decir, la persona que escribe versos. En Cándido, lo han podido hacer todos los ilustres visitantes que han querido dejar escritas unas palabras en el Libro de Oro del Mesón. Una tentación que, como solía recordar el Mesonero, suele invadir a los mortales, sobre todo después de dar buena cuenta de una suculenta comida. En la memoria de los segovianos permanece el recuerdo del inolvidable Luis Martín García Marcos, pero pocos saben que dejó escritos unos versos el día de San Martín de 1937. El ‘Brindis a Cándido’ dice así:
“Alzo por ti el modorro de lo tinto
deste tintillo, bravo fariseo
digno de ser catado por Berceo
en la beata paz de este recinto…
Pero… pero, ¡pardiez!, me aprieto el cinto
lo mismo que malévolo deseo
y no sé si te veo o no te veo
y si este brindis es el cuarto o es el quinto.
Alzo por ti el modorro a mi manera
que el pajarillo, lejos de la jaula,
alza su vuelo hacia la azul quimera.
Vaya por ti este trago de lo añejo
que supiste crear la mejor aula
en la Universidad del Azoguejo”