Segovia y todas sus panorámicas
Todo en Segovia es belleza. Quien visite nuestra ciudad no se marchará defraudado. Segovia está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y son muchos los argumentos que sustentan la validez de este título. El mejor punto de partida para recorrer su patrimonio monumental es la Plaza del Azoguejo, donde se encuentra el Mesón de Cándido, junto al Acueducto. Desde allí, es muy fácil acercarse a la Catedral y al Alcázar, probablemente, los edificios históricos más representativos de nuestra ciudad. Sus siluetas se recortan desde cualquier punto y es muy útil tomarlas como referencia para descubrir el resto de la ciudad. Aconsejamos visitar Segovia olvidándose del reloj. Lo ideal es perderse por sus calles en silencio y con una guía de viaje en el bolsillo. Olvídese del coche: lo mejor es caminar sin prisa. Son muchos los edificios religiosos y civiles que jalonan cada rincón de nuestra ciudad, prácticamente representada a través de todos los estilos artísticos, desde el Gótico al Renacimiento. Pero, en esta ocasión, aconsejamos contemplar la ciudad desde lo alto. A vista de pájaro, o casi.
En Segovia hay muchos lugares que permiten obtener extraordinarias panorámicas de la ciudad. Por ejemplo, desde los jardines de la fortaleza. Desde allí se ve la Catedral; el Valle del Arroyo Clamores (si pueden bajar después, el paseo es muy recomendable); Zamarramala; los santuarios de la Virgen de la Fuencisla y el de los Padres Carmelitas (aquí está el sepulcro de san Juan de la Cruz). Muy cerca de allí, San Marcos, y por encima, la iglesia de la Vera Cruz, que nos remite a época templaria. Sí, esta es una de las mejores panorámicas de la ciudad, la más contemplada por los turistas que nos visitan, por eso añadiremos que en Segovia no hay que elegir solo una, sino la que mejor se acomode a nuestra mirada. Basta abrir el ángulo de nuestro objetivo visual para disfrutar de los pequeños tesoros, aquellos que merece la pena descubrir a corta distancia: la antigua judería; la docena de iglesias y monasterios de la ciudad; las murallas; la Casa de Moneda; la Puerta de Santiago; la Casa de los Picos; el Torreón de Lozoya; o el Palacio del Conde Alpuente. Segovia es un trozo de historia viva, que abre sus puertas con la hospitalidad que siempre la ha definido. La misma que el genial Mesonero, Cándido López, tuvo como referencia para no perder nunca el norte.